El divorcio en Chile es un tema legal que genera muchas dudas. Entender sus requisitos, tipos y efectos es crucial para quienes enfrentan esta etapa. En este artículo, responderemos a las preguntas más frecuentes sobre el divorcio en Chile, brindando claridad y orientación legal para ayudarte a tomar decisiones informadas en 2025.

El divorcio puede solicitarse tanto por ambos cónyuges (si están de acuerdo), como por uno solo de ellos, cumpliendo con los demás requisitos legales.

Sí, ambos pueden solicitar el divorcio de común acuerdo, siempre que hayan cesado la convivencia común por un año al menos.

Es una manifestación de voluntad de uno o ambos cónyuges, en el sentido de no querer continuar con la vida en común. Esta manifestación, para matrimonios celebrados desde el 17 de noviembre de 2004 en adelante, debe hacerse formalmente a través de:

Además, en caso de tratarse de una manifestación unilateral de voluntad (letras a y b), se requiere adicionalmente que se acuda al tribunal de familia respectivo para que se notifique al otro cónyuge el cese, y solo desde la notificación empezará a contabilizarse el plazo del año o 3 años. En caso de matrimonios celebrados antes del 17 de noviembre de 2004, el cese puede acreditarse tanto por los documentos indicados, como por otros documentos o pruebas.

Sí, se requiere el cese de convivencia de 3 años al menos.

Sí, pero solo recurriendo a alguna de las causales del divorcio por culpa, cuando esa causal es imputable al otro cónyuge, es decir, que se produce por su responsabilidad, basado en que la falta constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que impone el matrimonio o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común.

No, se requiere adicionalmente presentar, conjuntamente con la demanda, un acuerdo completo y suficiente, que regule diversas materias de sus relaciones mutuas como régimen matrimonial, alimentos y bienes. En caso de haber hijos, necesariamente el acuerdo debe comprender el régimen aplicable a alimentos, cuidado personal y relación directa y regular.

Sí. La ley de matrimonio civil señala que el divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio y que torne intolerable la vida en común. Se incurre en dicha causal, por ejemplo, en caso de tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.

El divorcio pone fin al matrimonio y a las obligaciones de carácter patrimonial que emanan de él, como los derechos hereditarios mutuos y los alimentos recíprocos. También pone fin al régimen de sociedad conyugal y no altera la filiación de los hijos, otorgando el nuevo estado civil de divorciado.

El divorcio, una vez decretado por sentencia judicial firme e inscrita en el Registro Civil, otorga el estado civil de divorciados a los ex cónyuges, estado que permite que puedan casarse nuevamente.

Va a depender del régimen matrimonial en que te hayas casado. Al ponerse término al matrimonio, se pone fin a la sociedad conyugal y al régimen de participación en los gananciales, debiendo dividir la comunidad de bienes que queda a través de las formas que determina la ley. En caso del régimen de separación de bienes, como cada cónyuge administra su propio patrimonio, no es necesario ningún acto posterior al divorcio.

Así es. Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar común, uno de los cónyuges no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería, tendrá derecho a que, cuando se produzca el divorcio, se le compense el menoscabo económico sufrido por esa causa.